Hola a todos,
Tengo que desahogarme sobre el "statu quo" en el verano de 2023.
Los bosques están ardiendo en Europa y en otros lugares. La selva tropical en Indonesia está siendo talada como nunca antes, en el Amazonas es consistentemente malo. Los pulmones de la tierra tienen cáncer.
Los animales están muriendo. La biodiversidad de este hermoso planeta se ha reducido drásticamente en la última década, aunque este proceso lleva produciéndose en todo el mundo desde principios de los noventa.
Los refugiados del asediado Tercer Mundo buscan su camino hacia Norteamérica, Europa y Australia. Sus embarcaciones suelen zozobrar, pocos llegan y se encuentran en campos de internamiento en las fronteras del rico Primer Mundo.
La compasión entre la gente disminuye. En un momento en que las "tormentas de mierda" abundan en las redes sociales y la unión social parece haber tocado fondo, los que muestran su buena decencia, sus modales amables y su moral son "bienhechores marginados socialmente".
La prosperidad económica de economías nacionales enteras se está yendo por el desagüe. Los habitantes de las aglomeraciones urbanas de este planeta -reducidos a la economía- apenas pueden permitirse los gastos de alquiler, manutención y utensilios escolares para sus hijos. Por no hablar del dinero para pasatiempos.
Los mercados de valores están a reventar. Ciudadanos codiciosos movidos por la envidia social buscan su salvación personal en el valor para el accionista. Se hacen negocios arriesgados con todo lo que se puede comerciar, sin importar si es trigo, agua o zumo de naranja.
El planeta entero grita de agonía. Yo doy la alarma.
Y mi -bien acomodado- entorno me señala que me estoy "entregando a la ensoñación".
No pierdo la esperanza. La esperanza es el motor del hombre. Tengo la firme confianza en el cielo de que todo nuestro desarrollo evolutivo tomará una forma positiva. Los acontecimientos actuales representan análogamente los dolores de parto de una nueva era, y todo parto duele.
Una vez obtenido el resultado, todo dolor desaparece.
Y como algunas madres me han asegurado intensamente en este punto:
Nunca más!
No perdamos nunca la esperanza. Como Martín Lutero, plantaría un nuevo manzanito si el fin del mundo fuera inminente.
Tengo la firme seguridad de que el cielo aún tiene un "Plan B" para nosotros
Mis mejores deseos, mantén la Fe,
brah
¿Cuándo me llamarás?
