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Conocimiento – Paz

Posted: Thu Aug 26, 2021 4:47 pm
by brahbata
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Peace

1. La paz

La sabiduría y la verdad son condiciones (y circunstancias) que aparecen cuando un alma recibe la paz. Esa paz es inherente y se da siempre a todos los seres. Nuestra "ceguera" en la noche del error sólo nos hace experimentar y elegir. Esta posibilidad de elección requiere una diferenciación y ésta, a su vez, una evaluación. El cielo vive en el mundo de lo Absoluto, mientras que la existencia física se manifiesta en el mundo de lo relativo. Esta circunstancia crea las tensiones que hacen que nuestros viajes parezcan tan preciosos, y la belleza en la expresión del movimiento. La paz -especialmente la paz mental- existe tanto en lo absoluto como en lo relativo. Que todos reconozcamos nuestra luz y comprendamos la belleza de nuestros viajes. A través de aquello que nos ha lanzado a esta existencia - la búsqueda de la experiencia..

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2. El perdón

La enemistad se supera entonces en nosotros cuando todos reconocemos que somos hermanos en el cielo. Este reconocimiento incluye el pensamiento y el sentimiento del perdón. A todos nos resulta difícil perdonarnos mientras no podamos perdonarnos a nosotros mismos. Esta "culpa" ha crecido en nuestra tradición de vernos como seres inacabados, imperfectos e impíos. La capacidad que nos ha dado Dios de juzgar y de juzgarnos condiciona el motivo de la valoración.

La valoración, sin embargo, clasifica y, en consecuencia, restringe nuestro pensar, querer y actuar.

La paz surge en nosotros cuando -en virtud de nuestra cognición- vivimos el amor. Y esto significa, en primer lugar, aceptarse a uno mismo como lo que es: Un ser de luz - sin errores, pero sujeto a errores. Esos errores son preciosos y al mismo tiempo muy bien nacidos, porque sólo ellos determinan el crecimiento y la "maduración" de cada alma.

Si Dios hubiera querido que nos entendiéramos como "perfectos" en todo momento, no habría creado la posibilidad del error. Es el error el que permite al alma madurar y conocerse a sí misma. Así que no debemos tener miedo de poder "equivocarnos", porque esto significaría que le quitaríamos a nuestra alma la posibilidad de madurar y "crecer". En cambio, podemos disfrutar de nuestros viajes y aprender de las experiencias de los demás y de las nuestras.

La enemistad se supera entonces en nosotros cuando todos reconocemos que somos hermanos en el cielo. Este reconocimiento incluye el pensamiento y el sentimiento del perdón. A todos nos resulta difícil perdonarnos mientras no podamos perdonarnos a nosotros mismos. Esta "culpa" ha crecido en nuestra tradición de vernos como seres inacabados, imperfectos e impíos. Nuestra capacidad de juzgar y de juzgarse, dada por Dios, condiciona el motivo de la evaluación.La valoración, sin embargo, clasifica y, en consecuencia, restringe nuestro pensar, querer y actuar.La paz surge en nosotros cuando -en virtud de nuestra cognición- vivimos el amor. Y esto significa, en primer lugar, aceptarse a uno mismo como lo que es: Un ser de luz - sin errores, pero sujeto a errores. Esos errores son preciosos y al mismo tiempo muy bien nacidos, porque sólo ellos determinan el crecimiento y la "maduración" de cada alma.Si Dios hubiera querido que nos entendiéramos como "perfectos" en todo momento, no habría creado la posibilidad del error. Es el error el que permite al alma madurar y conocerse a sí misma. Así que no debemos tener miedo de poder "equivocarnos", porque esto significaría que le quitaríamos a nuestra alma la posibilidad de madurar y "crecer". En cambio, podemos disfrutar de nuestros viajes y aprender de las experiencias de los demás y de las nuestras.Si vivimos en esta fe, seremos recompensados con la paz.


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